lunes, 4 de agosto de 2014

La autoestima, una cuenta bancaria a mantener en niveles saludables

Una buena amiga me comentaba hace un tiempo cuánto le costaba creerse que realmente podía hacer un buen trabajo en lo que se dedicaba, lo cual le requería ayudar a personas. Llegó a manifestar que incluso podía llegar a sentirse una estafadora cuando se ponía a pensar que estaba cobrando dinero a personas que confiaban en ella para solucionar sus problemas y que ella no estaba en condiciones de ayudarlas realmente. Cuando yo intentaba hacer paralelismos entre lo que ella hacía y mi caso personal (coach, consultor, formador), su argumento para justificar su postura era que "tú sí que te crees lo que eres y haces pero yo no". Es decir, según su confesión, ella tenía problemas de autoestima que le impedían desempeñar su trabajo lo mejor que podía. Su razonamiento era, implícitamente, algo así: "Como tengo poca experiencia haciendo lo que hago, no me creo que lo haga bien. Eso me hace pensar que estoy estafando a las personas y eso a su vez me hace una peor persona". El circulo vicioso de ese razonamiento lleva, inevitablemente a una pérdida de autoestima.

Esta situación se puede abordar desde diversos ángulos, pero me gustaría centrarme en dos particularmente. El primero es, como suele ser en coaching, mediante preguntas para ayudar a dar perspectiva a esos problemas de autoestima:


¿Qué talentos tuyos te llevaron a emprender la actividad que actualmente desempeñas?
¿En qué otros casos has logrado sobreponerte a un reto de dificultad similar?
Esos pensamientos automáticos que tienes sobre tu supuesto desempeño deficiente, ¿cómo se están manifestando? ¿qué consecuencias están teniendo cuando se presentan? ¿de qué forma podrías estar autosaboteándote?
¿Qué necesitas hacer de forma diferente para dejar de autosabotearte?
Recuerda alguna actividad en la que ahora seas una experta. ¿Cómo te sentías el primer día que desempeñaste esa actividad? ¿qué hiciste para volverte buena en ello? ¿cuánto esfuerzo le dedicaste y cómo lo repartiste en el tiempo?
¿Cuántas horas al día estás dedicando actualmente a hacerte buena en esa actividad? ¿cuántas necesitarías? ¿cuántas le dedica una persona que lo hace muy bien?
¿Qué estás haciendo para volverte buena en esa actividad? ¿es eso todo lo que puedes hacer? ¿qué te está frenando? ¿de qué necesitarías liberarte para volverte mejor en eso?

La segunda perspectiva que quiero manejar en este caso es el concepto de la "cuenta bancaria de autoestima". Imagina que tu autoestima es una cuenta bancaria donde tienes un montón de gastos domiciliados: un mal día, lo que dicen los otros de ti, los errores tuyos o de otros, una falta tuya de disciplina, el dejar durante un largo periodo de hacer cosas que te hagan mejorarte, la pereza, etcétera.

Como toda cuenta bancaria, necesitas mantenerla en "niveles saludables", para lo que hace falta hacer ingresos periódicamente. En este caso, esos ingresos podrían ser:

- Realizar alguna actividad de perfeccionamiento cada cierto tiempo (cada día, cada semana, cada mes, dependiendo del caso).
- Dedicar más tiempo del que actualmente estás dedicando a actividades que te guste mucho hacer y que te hagan sentir que eres buena en algo.
- Cumplir tus promesas. Esto es, si dices que harás algo, hazlo en la medida y el momento que lo prometiste. En la medida en la que tú misma creas en tu capacidad de cumplir, te sentirás más digna de confianza.
- Aprender algo nuevo periódicamente. Cuando decimos "aprender", nos referimos no solo a leer sobre cómo hacerlo, sino a realmente vivir ese conocimiento nuevo experimentando con él, jugando con él, viviendo sus consecuencias.

En todo caso, cada persona debería poder definir qué actividades representan para ella "ingresos" en su cuenta de autoestima. Los cuatro ejemplos anteriores suelen englobar algunas de las actividades que "ingresan", pero pueden tener sutilezas tan variadas como personas hay.

Por último, es importante reconocer aquellos aspectos de la personalidad, en los que cada persona se siente más o menos capaz. No suele haber personas "puras" que se sientan completamente capaces en todos los aspectos de su vida ni viceversa. En cambio, suele haber aspectos en los que cada uno se siente más o menos cómodo, por ejemplo, yo me siento más cómodo impartiendo una formación que contando chistes en una fiesta. Algunos de los aspectos genéricos en este sentido pueden ser: la familia, la pareja, el trabajo, el círculo de amigos, la salud, la espiritualidad, el ocio y la trascendencia.

Y tú, ¿cómo vas a alimentar tu cuenta de autoestima para que esté en niveles saludables?


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