martes, 24 de abril de 2012

La responsabilidad en el Coaching

Una mujer decía "Me comunico poco con mi pareja desde hace tiempo. La comunicación no es mala cuando estamos juntos pero el problema es que aún estando en la misma casa, no estamos juntos. Además, el otro día en el parque, se sorprendió de cosas que hacían nuestras niñas. El problema es que eso que le sorprendió lo llevan haciendo las niñas desde hace un año. No se había dado cuenta porque tampoco pasa tiempo de calidad con ellas. Por otro lado, no se cuida. Cada vez lo veo en peor forma física". Todas las quejas de la mujer de nuestro caso tienen una validez en el sentido de que la afectan. Por tanto, las primeras preguntas que le haría un coach a esta mujer serían:

¿De todo eso, qué es lo que más te afecta?
¿De qué manera te afecta?
¿Como describirías la situación problemática?
¿Cómo te sientes cuando eso pasa?
¿Qué te gustaría que pasara en vez de eso?
¿Cómo vas a proponerle a tu pareja que haga eso que te gustaría en vez de lo otro?

La clave entonces en esta última pregunta está en qué va a hacer la mujer para que, dentro de sus posibilidades, mejores las probabilidades de que suceda lo que ella quiere: que asuma lo que le toca de responsabilidad en la solución. En el coaching de nada sirve culpar a las otras personas o juzgarlas, ya que lo que los demás hacen depende de los demás en un altísimo porcentaje, pero de la misma manera, lo que hacemos nosotros mismos depende de nosotros en un altísimo porcentaje.

Asumir la responsabilidad para cambiar las cosas que queremos que cambien haciendo lo que esté en nuestras manos es lo que algunos autores llaman proactividad. Una persona cualquiera tiene un "círculo de influencia" donde puede realmente actuar e influir en su entorno y un "círculo de preocupación" que es todo aquello que está completamente fuera de sus manos. En el caso de una persona proactiva, el círculo de la influencia es grande, mientras que en la gente pasiva el círculo es pequeño o así se lo creen ellos/as.



Te propongo un ejercicio de autodescubrimiento sobre el tema:

1. Dibuja un círculo con un radio (la mitad del diámetro) de 10 unidades, las que tú quieras (por ejemplo 10 milimetros o 10 centímetros). Marca cada unidad.
2. Piensa y anota todas las iniciativas de mejora personal o profesional que tienes ahora mismo (p. ej. limpiar tu área de trabajo, cambiar un proceso de trabajo, modificar tus hábitos de estudio, hacer más ejercicio, estár más en forma, etc.).
3. Puntúa los siguientes aspectos del uno al diez: recursos para dar el primer paso (p. ej. dinero, información, tiempo, etc.), estado emocional previo, barreras externas que anticipas, predisposición general, preparación técnica o cualquier otro que se te ocurra.
4. Ahora, dibuja un círculo concéntrico a tu círculo original con un radio del tamaño de la puntuación que le has dado a cada aspecto (p. ej. si puntuaste con un 9 el aspecto de recursos el círculo concéntrico sería ligeramente más pequeño que tu círculo original, mientras que si le diste un 5 será justamente la mitad de tamaño que el círculo original). Dibuja tantos círculos como aspectos has puntuado, con sus tamaños correspondientes.
5. Empieza proponiéndote un objetivo para agrandar el círculo más pequeño. Por ejemplo, si es el de los recursos, donde puntuaste 5 sobre 10, plantéate si se trata de una falta de dinero, tiempo o información y, una vez identificado el recurso limitante, plantéate cómo harás para tener lo que te hace falta (cómo juntaré 25 € para matricularme en el gimnasio). Una vez que el círculo pequeño se agrande, actúa sobre el siguiente más pequeño y así sucesivamente hasta que todos se conviertan en el círculo original y estés en condiciones de dar ese primer paso.





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